El Gran Loco es una variedad Bobal autóctona de la zona de Utiel-Requena. Un vino que la bodega Álvarez Nolthing ha rescatado de los agujeros de la historia, pues la Bobal es una variedad que se había perdido en España y ahora es pionera en la Comunidad Valenciana gracias a este producto.

Se trata de un vino biodinámico o ecológico, elaborado a partir de unos viñedos situados en un parque natural, por lo que no se pueden tratar con productos químicos. El hecho de trabajar únicamente con productos orgánicos le aporta una calidad al vino que lo sitúa a la altura de los grandes tintos franceses, reconocidos mundialmente y que cuentan con una gran longevidad.

El Gran Loco está dirigido a un público que, pese a no ser muy exigente, quiere enriquecerse con un producto de calidad. La Bobal de esta bodega no tiene una crianza muy larga. Madura en barrica durante solo 6 meses, pero en este tiempo consigue un aporte de madera muy suave e integrado, además de la fructuosidad, la acidez y el peso propios de un vino joven.

El tratamiento orgánico y su paso por barrica le que le otorgan a este vino un peso que lo desmarca de los demás. El Gran Loco es un vino muy redondo, con un tanino muy pulido y muy dulce, y un tostado medio-bajo muy adecuado que proviene de la madera.

En boca, sus matices encajarían muy bien con el sabor del jamón, el queso o las anchoas, pero también podría acompañar a determinados arroces y, por supuesto, a postres de chocolate. Este, como la mayoría de los tintos, marida a la perfección con chocolate, abriendo las papilas y creando un contraste en el paladar muy envolvente.

El Gran Loco llegó hasta nuestras manos a través de unas muestras de la bodega Álvarez Nolthing. Catamos cinco referencias, pero la que más nos rompió los esquemas como un tinto poco común fue sin duda esta. Todos los clientes que han probado este vino repiten. De hecho, unos músicos del barrio, muy amantes de la zona de Ribeira Sacra (Galicia), probaron El Gran Loco y acabaron llevándose una caja.